miércoles, 10 de diciembre de 2008

Mi confrontación con la Docencia

¡Hola!
Para iniciar mi narración comenzaré con decir que desde que tengo memoria yo quería ser doctora y maestra, las dos y la verdad siempre tuve gran facilidad para aprender en la escuela. Desde secundaria, cada vez que íbamos a tener examen, un grupo de amigos y yo nos reuníamos en alguna de las casas y yo les explicaba lo del examen, preferentemente aquellas materias que eran el “coco”: Matemáticas, Química y Física. ¡Me encantaba saberme la maestra! Ya en la preparatoria elegí el bachillerato químico-biológico y me di cuenta que el área que llamaba más mi atención era la Química, el trabajo experimental en los laboratorios, así que decidí estudiar la carrera de Químico Bacteriólogo Parasitólogo. Durante mi pasó por la licenciatura continuó mi gusto por la docencia; admiraba a algunos de mis maestros y de verdad quería ser como ellos, unos profesionistas que combinaban su trabajo como investigadores en la Universidad con el impartir clases ahí mismo. Era una combinación interesante.


Cuando egresé de la Licenciatura llevé currículos a varias de las escuelas de Nivel Medio Superior de Chihuahua y obviamente, recién egresada, sin experiencia y aparte muy joven (y aparentando menos años de los que tengo) no conseguí trabajo. Traté de conseguir trabajo en Laboratorios de Análisis Clínicos, donde la verdad no me agradó por lo mal pagado y las malas condiciones de trabajo. Y fue cuando, aprovechando mi buena trayectoria estudiantil conseguí una beca de CONACyT para estudiar una Maestría en Biotecnología en la misma Universidad (UACh). Durante mi estancia en la Maestría se nos “preparaba” psicológicamente para impartir clases; cada mes teníamos una presentación de nuestro trabajo de investigación ante todos los alumnos de posgrado, además de que apoyábamos al maestro tutor al impartir algunas de sus clases, que en mi caso fue Toxicología y Fisiología. Las primeras veces fue fatal, estar frente a un grupo y pensar que muy probablemente no iba a poder resolver las dudas que se presentaran, era sumamente estresante. Pero me gustaba y me motivaba a prepararme más para no hacer el ridículo. Egresé de la Maestría y ahora si estaba segura de lo que quería hacer: dar clases y participar en el Área de la Investigación.


Acababa de egresar, todavía no presentaba mi examen de grado, cuando me di cuenta de que solicitaban maestra de Química en Cd. Delicias, donde vive mi familia y sin dudarlo llevé mis documentos y fue contratada y comencé a impartir el Curso de Química II e Inglés II.


Ahí me topé con la inmadurez de los jóvenes de 15 a 16 años, cuando yo sólo había “trabajado” con chicos de 19 ó 20 años, los cuales no tienen los problemas de indisciplina que los del CBTa. Las primeras clases eran una “lucha constante” por el poder; te ven joven y te saben inexperta y hay algunos que tratan de aprovecharse y hacer su voluntad en el aula, así que los primeros días era poner cara de ogro y la verdad no disfrutaba las clases, me estresaban y esa es la mayor insatisfacción que puedo sentir. Conforme pasaron las clases, los semestres fui aprendiendo ciertas técnicas y ahora la disciplina ya no es un problema en el aula, pero estoy consciente de mis deficiencias como docente, a pesar que desde que me incorporé al CBTa (hace 3 años) he estado en constante capacitación con cursos de pedagogía y Didáctica, con la Reforma Integral del Bachillerato y tengo la fortuna de ser formadora de formadores en el área de Biología en Chihuahua, de los nuevos programas y esto me ha permitido aprender de muchos maestros, como ustedes, que tienen larga trayectoria como docentes. Aún tengo la espina de incorporarme a la Investigación por lo que tengo entre mis planes a mediano plazo estudiar un Doctorado en ciencias.


Las satisfacciones como docente son muchas, pero lo que más disfruto es trasmitir mi gusto por la Ciencia, porque actualmente tenemos un serio problema porque faltan jóvenes que quieran estudiar carreras en el área de Química, Matemáticas, Física y es gratificante escuchar que los alumnos te digan: “maestra, la química no es tan aburrida, es más ahora hasta me gusta”. Siento que el ser docente en Educación Media Superior es una gran responsabilidad porque como su nombre lo dice, preparatoria, estamos preparando a la sociedad y eso no es cualquier cosa.


Saludos!

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